miércoles, 12 de diciembre de 2012


Gitana Blanca

Déjame de beber de tus carnes el veneno,
que más que quitar, me den más sed.
Aráñame con tus dos diamantes mis carnes.
Ábreme la piel hasta que puedas entrar en mi cuerpo
y tráete agujas con cerdas de jabato,
cóseme cuando estés dentro.

¡Ahógame en mis ojos, gitana blanca,
cubriéndomelos  con tu pelo negro!

Clava en mis espaldas las espadas de tus dedos,
déjame acariciar tu cara, besar tu frente,
hacerte cosquillas en tus tobillos
y rodillas con mis dientes.

Déjame buscar, quiero encontrar leña
para el fuego avivar.
Enciende la luz poco a poco conmigo,
y luego rompamos la bombilla,
y más tarde pongamos más agua de pasión
para que no se seque de amor nuestra semilla.

Rompamos el alba con caricias
y desnudemos la mañana,
con nuestro silencio.

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