lunes, 3 de marzo de 2014

Al Maestro Paco de Lucia

Al Maestro Paco de Lucia

La miré como un tonto,
pero como un tonto, tonto que no encuentra…
y le dí mi pésame a mi vieja guitarra,
como si algo de ella y mío si hubiera roto,
configurando un nuevo,
cruel e inexistente acorde
hasta ese momento de la noticia.

Era temprano, muy temprano,
el sol apenas conocía el nuevo día
y como todas las mañanas
estudiaba antes de salir al mundo
con mi sonanta entre las manos.

La radio estaba fría
y escupió una verdad:
En la playa, en México, jugando con sus,
el corazón y se le acabo la vid…

¡Ya el agua no se podrá jamás partir en dos
para que él este entre esas dos mitades!
¡Se ha caído el templo
y nos ha cogido debajo a los flamencos!

La bandera de los nuestros
ha perdido a sus manos
que la sujetaba con fuerzas
¡hoy, hoy es más huérfana!

-¡Estás muy delgado compadre!
-Estoy trabajando mucho
y estoy cansado, muy cansado…

El teléfono empezó a sonar,
la gran familia del flamenco se fue uniendo;
uno a uno , a cientos…

¡Manuel no puedo parar de llorar!

¡Qué pena Manuel!
¡Cómo una seguirilla del alma!

¡Noooo puedo creérmelo!

¡Qué pena más grande!

¡Noooo! ¡No puede ser!

¿Cómo ha sido?

¡Dios mío, Manuel! ¿Qué le ha pasado?

¡Me acabo de enterar! ¡Ya más triste no se puede estar!

Uno a uno, ha cientos…
Los flamencos te lloramos Paco
para hacerte un nuevo mar con nuestras lagrimas de sal.
un mar con una orilla,
como esa orilla lejana de México,
pero en nuestro mar siempre estarás vivo,
en nuestro mar
te prestamos nuestros corazones
para que el tuyo
nunca se detenga  MAESTRO…


Manuel Márquez (Villamanrique)

No hay comentarios:

Publicar un comentario