TRAIGO LAS MANOS VACÍAS
Hoy
traigo las manos vacías.
¿Quién me da,
arriesgándose a ser cogido,
su capote para el
destino?
¿Quién me ofrece,
porque he perdido el mío,
su pincel y su
tintero dejando su pupitre vacío
para dibujarme un
nuevo amanecer?
¿Quién me da de su
saco de la suerte,
perdiendo una poca,
alguna, para el mío?
De entre los que
sabéis, que la fruta
del dolor en el
alma se cae sola de madura
y no hay que subir
al árbol a por ella,
porque jamás se
deja coger,
¿quién me cambia
la paciencia por la impaciencia?
¿Quién de entre
vosotros, me da su caja,
para guardar mi
soledad cuando no la quiero?
¿Quién me regalará
su rincón,
para cuando me
haga falta el silencio?
¿Quién me regala
su martillo para el yunque de la vida?
¿Quién cogerá mi
remo, dejando el suyo
por un momento, si
me voy a la deriva?
¿Quién me
declarará culpable cuando lo sea
y me pondrá en el camino?
¿Quién me da voluntad
si me abandono?
Hoy traigo las
manos vacías,
pero me sobra fe y
sigo confiando
en la buena
voluntad del ser humano.
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