miércoles, 26 de octubre de 2011

El Pincel

Estaba loco el pincel,
no encontraba su pintor,
ni encontraba la manera
de hacer un nuevo color.

Mezcló el rojo con el verde,
el azul con el marrón,
el violeta y el gris,
el amarillo del sol.

Luego cogió purpurina
que alguien dejó en un cajón,
luego mezclándolo todo
quiso y pintó una flor;
se le cayeron los pétalos ,
el pincel no era pintor.

Miro, busco y espero,
el pintor no aparecía,
cansado ya de esperar
se dio el pincel a la bebida;
luego montó un burdel
que tampoco le fue bien.

Estaba ya tan desecho
que el pincel se hizo bohemio
y cierto día en la calle
topó con un cristal pequeño
que se sentía desdichado,
quería ser un gran espejo.

Y hablaron los dos,
se contaron historias,
se dijeron mentiras,
y el pincel,
cansado de no ser él,
a su casa quiso volver,
pero ya casa no tenía.

Entonces ocurrió,
apareció la mamma,
brocha gorda de Sevilla,
que lo puso a blanquear fachadas.

Le recordó que era brocha en vez de pincel,
que ya no sabía qué hacer con él;
que los disgustos que le daba
le iban a costar la vida,
que si no le daba pena
de su pobre mamacita.

1 comentario:

  1. Cuando comenzo a pintar y lo hizo mal, tenia que haberse convencido el pincel de que era su estilo de pintar.

    Gracias Manuel.

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